miércoles, 7 de octubre de 2015

Instante.

La luz del atardecer, irreflexiva, espotánea, regala su vida altruistamente a este árbol hermoso. La luz del atardecer no ama al árbol, el sol de dónde nace la luz, tampoco está enamorado. Mis ojos, al contrario, se enamoran de la luz y del árbol porque, libremente, ansío que me inunde su belleza, abro mi corazón, porque así lo quiero, a este abrazo único e irrepetible y ahora te lo muestro, porque así lo elijo altruistamente, para que ese instante, robado para siempre, también te pertenezca.


Ir y venir.

El hábito de ir a tu corazón
dibujó profundos surcos en mi piel.

Cuando no estás tu
al menos me queda el camino,
el consuelo de recordar tu amor.

nicolás vaquero martín.

Si me dejas.

Si me dejas entrar en tus ojos y pintar de colores el mundo, verás lo que veo por dentro, verás lo que siento. Una roca, una nube, un árbol; un brazo firme, un beso, un abrazo de ramas vivas. Si me dejas entrar en tus ojos ...

nicolás vaquero martín.


Se clava.

Se clava en el corazón, triste recuerdo. Con despiadada crueldad hiere profundo; mientras cielo y tierra, indiferentes, ajenos a la muerte, siguen su camino. Un alma destrozada calla entre las sombras, oculta el dolor en los oscuros rincones del olvido, busca en la soledad alivio. Cuánto dolor el que respira. Sólo tú puedes salvarla con un beso que funda los espinos en dulces melodías que acaricien los sentidos. Puedes liberarla abrazándola, tiernamente desprendiéndola de ese sueño dolorido. Puedes, debes hacerlo, es el destino.

nicolás vaquero martín.


Rosa loca.

Rosita loca y bella

que regalas tu sonrisa abierta,
sabes que llorarás un día
mas no te detienes.

Rosita loca y fresca

que iluminas las miradas
préstame una chispa de tu luz
para pintar corazones de alegría.


nicolás vaquero martín.

Revolución.

Hay una revolución pendiente.
Sus luchas, violencias, algaradas,
han de suceder en las calles
de tu corazón.

Hay una revolución pendiente.
Cambiará el mundo que conocemos,
porque verás con otros ojos,
los de tu corazón.

Hay una revolución pendiente.
Está gritando con fuerza,
dentro de tu corazón.

nicolás vaquero martín.


Huella.

¿Cuál es tu rastro, cuál tu huella?
¿Acaso pasaste por aquí algun día?
Quizás en este corazón solitario
hay una marca imborrable,
es posible que permanezca tu aliento
sobre la piel curtida.

Deja tu firma, estampa tu huella,
de lince, de pájaro,  de gacela,
no pases a mi lado inexistente
como un mar de vacío
no pases por mi vida oscuramente
como un hueco negro sin contenido.

Huella sobre huella
rastro sobre rastro
es el mapa de la vida.

Hoy escribo en tu piel este mensaje
para que, siquiera un instante,
sea una caricia.

nicolás vaquero martín.


En la oscuridad.

Los oscuros nubarrones grises cubren el cielo. La tierra, bajo ellos, se ennegrece, convirtiéndose en una impenetrable selva de sombras amenazadoras y mudables que acechan en paredes y suelos, en calles, esquinas, edificios, ruinas;
Humanos que pasan, casi inadvertidos. Es difícil distinguir los cuerpos de sus sombras proyectadas en mil formas siniestras que fluctúan con el ritmo de las luces mortecinas de viejas farolas rotas. Oh! Angustia y miedo, terror, horror, pena y dolor: ¿qué reclamáis ahora?
Tus lágrimas de fuego, para quemar recuerdos en la hoguera incombustible de la soledad eterna.
He agotado hace tiempo mis lágrimas de fuego. Me restan solamente unas gotas de ceniza y polvo del camino: eso es lo que ya puedo llorar, ceniza y polvo.

Pero si tú me prestaras la sonrisa, una estrella de fuego y alegría brillaría, por un instante inmenso en mis mejillas.


Niebla.

Aunque no lo veas, a pesar de que, ante tus ojos tristes, no se presente el futuro, más allá de la niebla fría hay un cálido verano para ti. El sol se abrirá paso hasta tu piel. La luz del pasado iluminará tus pasos mientras la esperanza abre las puertas de un palacio de jardines sin fin donde la niebla sea sólo un recuerdo. Mira fijamente las desnudas ramas y verás, con sorpresa, como van creciendo verdes hojas mudando el oscuro gris en una fiesta alegre de colores. Ah! no olvides este momento único y será parte de ti.

nicolás vaquero martín.


La próxima curva.

Quizás tras la próxima curva
encuentres los besos dormidos,
las dulces palabras de amor
recordadas en silencio
mientras recorres, incansable,
un mundo vacío,
triste,
oscuro,
estático.
Quizás una leve brisa,
al pasar,
acaricie el alma desesperada,
abriendo sus cerrados ojos
a una nueva luz,
brillante,
alegre,
dinámica.
Quizás, tras la próxima curva,
encuentres a alguien
que no eres tu
pero es contigo.


nicolás vaquero martín.

Sonrie.

¡Vamos! atrévete, sal a la luz, que se abre para ti. ¡Vamos! abandona las sombras y descubre al mundo tu sonrisa.

nicolás vaquero martín.


Hay curvas.

Hay curvas entre tu y yo, rampas, cuestas, arriba o abajo. Hay un camino entre tu y yo que recorreremos, ávidos de afecto, hasta el encuentro. Hay una distancia entre tu y yo. Cuando, por una razón que desconozco, vivimos el mismo aquí y el mismo ahora, el mundo entero cabe en nuestro corazón, que es uno, inmenso, acogedor y tierno.

nicolás vaquero martín


gotas

Las gotas, constantes, horadan, moldean, esculpen la piedra. Así los recuerdos, constantes, horadan, moldean, esculpen el alma.
Las gotas, indiferentes, diminutas, transparentes, refrescan tu rostro, lavan las heridas. Así los recuerdos, inmisericordes, diminutos rincones de nuestra vida, refrescan o queman, corrompen o lavan. Aguacero, torrente, fuerza desbocada, arrastran las gotas lo que encuentran a su paso. Llueven recuerdos a cántaros ahogando esperanzas o haciendo brotar ilusiones enterradas en la orilla de los corazones al alba.

nicolás vaquero martín.


Fluir.

He parado el tiempo
para sentir tu aliento.
Detenido un instante eterno,
vi fluir las gotas
hechas una,
mientras las lágrimas
brotaban
ansiosas por acompañarlas.
He respirado la quietud
he oido pasar suavemente
las alegres notas del agua.

He parado el tiempo,
para sentir tu aliento
y se ha hecho uno dentro
con el mío.

nicolás vaquero martín.


Espinos.

Alambradas del pensar, cárceles de las ideas, el sol muestra vuestros muros ocultos, vuestras trampas groseras, la mezquindad de vuestros incondicionales seguidores ciegos. Más que los espinos de hierro, son los prejuicios, son los errores, es la mentira, confundiendo los caminos. Haz preguntas, cuestiónalo todo, busca la verdad. ¡Abre los ojos! ¡Respira!

nicolás vaquero martín. 


Entre dos luces.

Entre dos luces el crepúsculo baila, lentamente se estremece, siente el frío de la noche que gana otra vez la batalla con pausada crueldad. El humano con sus patéticas luces, de acá para allá, moviéndose nervioso, ignora, desconoce, ha olvidado. Cuando la oscuridad lo ciega, se asusta, grita, gime desconsolado, ha perdido el conocimiento mientras su alma susurra "sapere aude" "lux est vis".

nicolás vaquero martín.

Caminos de Otoño.

Recorre tu camino de otoño y ven a visitarme al frío. No traigas sino tu alma desnuda para que puedas curarla, la verdad sanará las heridas. Camina despacio entre luces sombrías, sobre las hojas secas caídas, respira profundo y sin miedo para que el aire otoñal te alimente. Cuando estés a mi lado de nuevo, seré tu testigo contigo, serás mi testigo conmigo. 

nicolás vaquero martín.

Los libros

No es un cascarón vacío y hueco, rebosa la destilación de larga experiencia guardada en palabras que fueron lanzadas al futuro por humanos como tu, como nosotros, levantando un edificio sólido de saber y constante crecimiento. En sus libros, como moléculas de su materia esencial, encontrarás el "ADN" de las culturas, la historia de la evolución, tu propia historia. Si lees, descubres, aprendes, creces, eres humano que es lo que eres.

nicolás vaquero martín.


A salvo.

Bajo la inmensa estructura gris que cubre todo la respiración es un milagro. Las olas acarician la playa con suave indiferencia, como si no hubiera sucedido. Todo es más oscuro ahora y, aunque el sol se asome a lo lejos en el horizonte, hace mucho frío. Sentados en la arena miramos a la luz intensa del triste amanecer. Apenas si te reconozco, si no fuera por el contacto tibio de tu piel. Hay algo opresor en la estructura que oculta en parte el cielo siempre nublado y gris. Sueño el cielo azul, la luz brillante, los árboles altos, la hierba fresca y el rocío. Y tu, ¿con qué sueñas después de aquello?

nicolás vaquero martín.