exhala humo negro
mugriento,
que apaga la luz intensa
del amor.
Vertemos a otro lado
los residuos del desprecio
para no ensuciar
los labios hipócritas
y los falsos corazones.
La cocina del odio
está hoy apagada
bastará un rayo de luz
para limpiar su rastro
y hacer brillar las almas.
nicolás vaquero martín.
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