martes, 17 de junio de 2014

Del alma.

En esos paisajes del alma, interiores profundos de viejas heridas secretas, entre las siluetas oscuras de esas conocidas ramas prendidas en la tierra, jugando entre las aristas rectilíneas de abandonados edificios llenos de historias olvidadas respiran, alientan, se resguardan los más queridos recuerdos de una vida intensa, cumplida de esperanzas y de anhelos, colmada, como todas, de dolor y desengaño. Pero ¡mira tu! que miras, y medita: es un contraluz, hay luz, pero nos ciega, porque no hemos aprendido a mirar. 

nicolás vaquero martín.

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