miércoles, 2 de abril de 2014

Refugio.

Al atardecer me refugio en las nubes
que pasan despacio tras las ramas
que se mecen suavemente cediendo
al viento cansino de este día largo.

Al atardecer me refugio en las cálidas
luces, los aromas del final del invierno,
dejo que me inunde la esperanza, la abrazo
y descanso en ella mientras sueño
mundos imposibles pero ciertos.

Al atardecer siento la fuerza de la tierra
arrastrando el tiempo
siento la energía que sustenta
la indescifrable fuente de la vida.

Cierro los ojos, respiro hondo y
vuelo, anhelo, deseo, siento,
vivo.

Nicolás Vaquero Martín.

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